Peor que el desengaño es la confirmación
de que el objeto con el que fantaseaste
todo este tiempo
es tan o más perfecto de lo que imaginabas.
A menos, claro, que lo tengas entre tus manos,
y siempre y cuando no lo dejes caer,
o ensuciar,
o romper,
no.
Mejor el desengaño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario