Rabioso como mar,
descorché tus ojos
con mi canto efervescente.
Tu boca, seca como arena
que nunca se mojó,
virgen de mi viento.
Ahora el sol te pega en la cara
y no te gusta nada.
Lo que corresponde
rara vez es correspondido.
Cuentos, Sueños, Ideas y Cosas sin nombre