Hoy me di cuenta de que mi cara era de piedra y mis brazos de goma. Soy casi como los 4 fantásticos. Hasta me puedo hacer invisible, pero después no sé como volver. Me cuesta tomar altura y me cuesta correr. Ah, y a veces me caliento, pero siempre conmigo mismo. Fantástico…
martes, 11 de diciembre de 2007
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