I. Desintoxicándome
Ellos no me ven, pero tienen que oír mis pasos. Soy como un fantasma. La cadena me falta nada más. Soy el que está siempre al borde de caerse de tanto esquivar gente, el de los zancos imaginarios, el malabarista de las emociones, el monstruo. No creas que no me respeto. Me respeto tanto que decido no seguir escribiendo esta porquería.
II. Misterio
Los monstruos no existen. ¿Por qué la gente no quiere irse a dormir? ¿Por qué hay tantas luces prendidas cuando es tan tarde? ¿Por qué no queremos estar solos? ¿Por qué corremos? ¿Por qué lloramos? ¿Por qué gritamos? ¿Los monstruos no existen?
III. Neotenia y el rechazo de la lógica
Los monstruos dejan de ser monstruos cuando los chicos dejan de ser chicos.
Los chicos dejan de ser chicos cuando los monstruos dejan de ser monstruos.
¿Tiene que morir el chico para que muera el monstruo? Por mi no.
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